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Santurbán, la COP16 y la mercantilización de la naturaleza

octubre 20, 2024 (Tomado del medio mascolombia.com)

 

Andrés Pachón

Abogado investigador, magíster en Derecho Público con experiencia en litigio estratégico. Medio ambiente, derechos y desarrollo. Twitter: @AndresPachonTor

 

El pasado viernes, en Bucaramanga, se llevó a cabo una masiva movilización en defensa del páramo de Santurbán, la estrella hídrica que provee agua a más de 2 millones de personas, incluyendo la ciudad bonita y 48 municipios de Santander y Norte de Santander.

La nueva amenaza es que la multinacional Minesa, que hace parte de un holding financiero de los Emiratos Árabes Unidos, tiene sus ojos puestos en el oro que hay en el páramo de Santurbán, y no cesará en sus intentos de arrancarlo de ese santuario del agua, sin importar el costo.

Para poder materializar su sed de oro en Santurbán, Minesa se alió con Aris Mining, una multinacional canadiense. Ambas presentan proyectos de mediana minería para eludir la regulación de la megaminería, aprovechando vacíos legales para iniciar una extracción por fases.

La respuesta de la ciudadanía ante este nuevo intento de privilegiar el oro por encima del agua de Santurbán, ha sido contundente. El proyecto carece de licencia social y de respaldo popular. “Nuestro oro es el agua”, clamó la población en la protesta.

Ahora le corresponde al gobierno nacional cumplir sus promesas de campaña e implementar medidas efectivas para proteger este ecosistema estratégico. Estas medidas deben incluir mecanismos justos y sostenibles para apoyar la transición económica de los sectores productivos de la región. La conservación debe hacerse con las personas que viven en el territorio desde hace generaciones, y que son las principales guardianas de Santurbán.

La COP16 y la mercantilización de la naturaleza

La situación con los minerales e hidrocarburos en Colombia refleja la problemática que enfrenta nuestra inmensa biodiversidad. Colombia, el segundo país más biodiverso del mundo —un ranking que tiene en su top a varios países latinoamericanos— posee una riqueza genética y biológica incalculable que no se aprovecha adecuadamente.

A pesar de ser una potencia en biodiversidad, el país realiza un aprovechamiento mínimo de estos recursos. Esto se debe a la falta de desarrollo industrial y a un deficiente desempeño en investigación científica. El presupuesto nacional para este sector es irrisorio: 0,02% para 2024, lo que ha significado una reducción del 20% durante el gobierno Petro.

Quienes sí explotan nuestros recursos, y no propiamente de manera sostenible, son las multinacionales, quienes a partir de las secuencias genéticas registradas en bases de datos obtenidas de nuestra biodiversidad, obtienen insumos esenciales para desarrollar sus industrias farmacéuticas, cosméticas, agroquímicas y biotecnológicas, entre otras.

Y a cambio de todo el valor agregado que generan con esos grandes negocios, a los países dueños de la biodiversidad no nos corresponde casi nada del pastel. Al igual que con el oro, el carbón y el petróleo, las compañías transnacionales se enriquecen con nuestros recursos, a cambio de espejos, mientras el Sur Global se queda con el hueco, la contaminación y los daños y pasivos socioambientales.

La gran apuesta del gobierno Petro y de la COP16 es que el Norte Global pague por el uso de nuestra biodiversidad. Sin embargo, ¿es conveniente entregar nuestros recursos genéticos a cambio de migajas?  ¿Aceptaremos ser solo proveedores de insumos para las grandes potencias, renunciando a nuestro propio desarrollo productivo e industrial?

Además, no hay que olvidar que en las COP los Estados Parte no tienen el mismo poder de negociación. No es lo mismo Estados Unidos y la Unión Europea que Ghana, Madagascar, Colombia o Ecuador.

La asimetría en las negociaciones de las COP es evidente. Y los intereses de las superpotencias y de las transnacionales cuyos intereses representan terminan imponiéndose. El lobby de los grandes fondos de inversión, banqueros y del sistema financiero acaban definiendo las orientaciones y acuerdos que salen de estos organismos multilaterales.

Tanto así que Estados Unidos no ha firmado esta convención de biodiversidad, pero es un observador muy activo, que mueve los hilos de la negociación y promueve las orientaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde se toman las verdaderas decisiones, sumado a las reglas que incluye en los TLC y acuerdos comerciales que celebra directamente con los países.

Los Bonos de Carbono y el Canje de deuda por acción climática son otros mecanismos de financiarización de la naturaleza que tienen el riesgo de conducir a la hipoteca de nuestro patrimonio natural y al despojo. De esto estaré hablando este 23 de octubre en el Banco de la República de Cali, en el Foro Finanzas Climáticas. Inscripciones aquí: https://proco16.com/

DECLARACIÓN – MAGMA Movimiento Ambiental

INVITAMOS A PARTICIPAR EN LA “COP 16: DEBATES CRÍTICOS – LA BIODIVERSIDAD EN LAS VOCES DE LOS PUEBLOS” UN EVENTO REALMENTE ALTERNATIVO A LA COP 16

MAGMA Movimiento Ambiental

El domingo 20 de octubre inició en Cali la “XVI Conferencia de las Partes de la Organización de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica” (COP 16) en la que se define la política mundial en materia de la relación de los estados con la biodiversidad, siguiendo lo definido por el Convenio sobre la Diversidad Biológica (1992) de la ONU, un evento dirigido por los poderes globales del ambiente e importantes fondos financieros, organizaciones, agencias y ONGs que ya llevan lista la agenda político – económica de biodiversidad que regirá el mundo.

La COP está marcada por la lógica de la mercantilización, la privatización y la financiarización de la naturaleza, a partir de mecanismo como los incentivos económicos y el canje de deuda por naturaleza, un instrumento que nació en los años 80, y es uno de los más avanzados mecanismos para el control de las potencias económicas sobre nuestros recursos naturales, a través de un complejo sistema en el que participan importantes ONGs internacionales y agencias multilaterales, encargadas de garantizar nuevos nichos de inversión para el capital financiero, los
llamados negocios verdes: bonos de carbono, pagos por servicios ambientales, fondos de agua, proyectos de inversión ambiental, zonas protegidas, fondos multidonantes, normatividad sobre el uso y obtención de material genético, etc.

Distinto a la promoción comercial y propagandística de la COP como la COP “de la gente” el lugar donde se toman las decisiones es un evento cerrado, la Zona Azul, que se encuentra fuertemente resguardada por las Naciones Unidas, y sólo unas contadas excepciones de la sociedad civil podrán hacer presencia, solamente como observadores.

No es cierto que la COP16 permitirá que nuestro país o nuestras organizaciones sociales puedan definir la agenda ambiental de biodiversidad a nivel global, ya que, buena parte de los asuntos que serán aprobados en la conferencia ya han sido elaborados, y el encuentro sirve nada más que para avalarlos, con pequeños ajustes o énfasis, pero el contenido estructural de la agenda ya está más que finiquitado. En contraposición a esta conferencia orientada por los intereses que tiene el Norte Global sobre la naturaleza y la biodiversidad, MAGMA hace parte del equipo
organizador del encuentro “COP 16: Debates Críticos, la biodiversidad en las voces de los pueblos” que se llevará a cabo en la Universidad Nacional sede Palmira (Valle del Cauca) los días viernes 25 y sábado 26 de octubre. En este evento debatiremos temas de trascendental importancia que incomodan a los poderes globales, y que no han sido incluidos en la agenda de la COP 16 oficial, justamente por esa razón.

El primero de ellos es el papel de la COP como instrumento para la mercantilización de la biodiversidad y la biopiratería, en contra de los países mega biodiversos; la lucha geopolítica por el control de los minerales necesarios para la transición energética (tierras raras), las nuevas formas de producción energética y su relación con la especulación financiera: agua, energía eólica en la Guajira, hidrógeno verde; la llamada “paz con la naturaleza” a la luz de los acuerdos militares con la OTAN, el Comando Sur de los Estados Unidos, la base militar en la Isla Gorgona, y la base transnacional en la Amazonía; la protección de páramos y ríos, entre otros.

Invitamos a todo el movimiento ambiental alternativo, crítico, a la academia, a los medios de comunicación, y a todos aquellos que sientan que debe existir un uténtico espacio de la sociedad civil para deliberar, debatir y construir de manera autónoma una agenda propia, que no responda a los intereses del gobierno de turno, a que nos encontremos en Palmira el 25 y 26 de octubre y debatamos sobre las problemáticas de nuestra biodiversidad y ambiente.

● Enlace de inscripción al evento: https://forms.gle/83BSPYpxgdQbiRWx9

¡Únete! Nos vemos en Palmira.